
Hola a todos, disculpen la desaparicion durante tanto tiempo, lo que pasa es que empece el liceo y entre eso y la tesis he estado full.
Todo estos días he estado pensando mucho en mis amigas, Ana y Mia. Esas dos princesas que quieren que yo sea perfecta y que me enseñan que para ser bella hay que ver estrellas. Me enseñan que lo verdaderamente bueno y gratificante, tiene un precio. Que necesito hacer sacrificios para obtener lo que deseo. Me enseñan a tomar decisiones y a tener seguridad entre nosotras.
Se que a nadie que se lo diga me va a lograr entender porque todos me verán como una loca enferma que necesita un psicólogo con urgencia pero la verdad es que ellas me acompañan a todos los lados, siempre están ahí ayudándome a ser perfecta..... Si bien es cierto que tienen sus efectos secundarios, como todo pero es mejor aguantar esos efectos a escuchar a alguien diciéndome GORDA.
La verdad es que siempre he tenido problemas referente a mi peso, de niña era muy gorda y mi mamá constantemente me llevaba con distintos nutricionistas, me llevo con un psicólogo para ver si me hipnotizaba y dejaba de comer tanto, me llevo a que me hicieran acupuntura por si era algo de un nervio y así muchas cosas mas pero no hacían efecto, yo seguía comiendo como si fuera el fin del mundo... Hasta que un día, cuando tenia 12, me di el estirón y logre adelgazar pero sin embargo siempre habia una que otra lonja que sobresalía.
En la escuela siempre fui la gorda, la cerdita, la vaca, el pipote y muchos otros apodos que me decían y que hasta el día de hoy me afectan mucho. Cuando tenia unos 10 casi 11 me puse a inventar de salir con un muchacho de 16, el era muy dominante y yo muy gafa; una de las cosas que el siempre me criticaba era mi peso, habia veces en las que salíamos que si desde las 10:00 am hasta las 4:30 pm o 5:00 pm, que era lo máximo que mi abuela me dejaba estar fuera, y todo ese tiempo yo estaba sin comer porque él me decía que me iba a poner gorda; si estábamos en su casa, no dejaba por nada del mundo que yo me sirviera siquiera un vaso de agua; si salíamos al cine o al parque, yo no comía nada porque sabia que él se iba a molestar y me empezaría a insultar.
Y eso y una que otras cosas me llevaron a Mia, comía mucho y después vomitaba. Comía galletas, dulces, pasta, pan, pizza y todo lo que pudiera, tomaba mucha agua y enseguida me iba al baño para devolverlo. Pero no aguante mucho ese ritmo, después de unos 6 o 8 meses, conocí a Ana. Al principio fue difícil porque era mucha tentación comer y comer pero con esfuerzo y dedicación, lo logré!!
Hoy en día ya son parte de mi vida y se me hace fácil estar hasta 5 o 6 días sin comer, o comer todo lo que pueda para luego devolverlo. Lo más difícil son las mentiras, las excusas que tengo que decir para no fallarle a mis amigas y sobretodo para no fallarme a mi misma.
Esta es mi historia con Ana y Mia, me sirvió mucho poder describir un poco esta parte de mi vida y quiero aclarar que quien me lea, seguro piensan, a mi que me importa lo que te pase? o lo que te haya pasado? Entérense de que este blog lo cree con la intención de desahogarme un poco pero con la idea de que si a ustedes les ha pasado algo parecido, puedan decírmelo y quizás eso los haga sentirse mejor con ustedes mismos.
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